domingo, 2 de agosto de 2009

NO TE LLAMABAS ALICIA


NO TE LLAMABAS ALICIA
 
  A Patricia

 

No te llamabas Alicia,

pero corrías detrás de un conejo

o de un sueño,

detrás de un reloj que inaugurara

el tiempo del amor

en tu carne encelada.



No te llamabas Alicia,

pero te sedujo la tibia madriguera

abierta al pie de un cerco,

el mórbido hueco prometedor

de otros mundos y otros jardines,

y te dejaste caer en el secreto pozo

como una flor ingrávida.

Caíste lentamente,

flotando casi,

desafiando a Newton

y a todas las manzanas del Universo,

y tu mirada alucinada

fue descubriendo

en las imposibles paredes de la madriguera

los rostros atentos de tus padres,

los libros de veterinaria que te quitaron
  
tantas horas de sueño,

el cuerpo desnudo de tus anhelos

y el ridículo empapelado

de tantos cuartos de hotel

donde el amor

parecía inofensivo.



No te llamabas Alicia,

y por eso tu caída culminó

sobre la agonizante cama de un hospital,

donde te esperaba la Muerte

con los brazos abiertos,

mientras un conejo

o un sueño

se alejaban

por un largo pasadizo

que desembocaba en el insondable futuro.



El reino del absurdo es éste,

donde el amor enferma

y las muchachas que no se llaman Alicia

hacen cola para morirse,

mientras maúlla un triste gato

huérfano de espejos.





2º Premio Concurso Nacional de Literatura "Pasional" - Fundación Cathedra, Ciudad de Buenos Aires  (2006)

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