miércoles, 20 de mayo de 2009

CAZADORA


CAZADORA
 
 
 
Crepúsculo.
 
El cielo es un alucinado escenario violeta.
 
Lentamente va gestándose la noche.
 
 
 
Ella abre sus grandes ojos pálidos

testigos seculares de la flaqueza humana

y siente una urgencia horadándole el alma,

urgencia de humores que estallan y se derraman,

de corazón que palpita anhelante,

de sangre que fluye exactamente

por los circuitos vitales del cuerpo.

Urgencia que es hambre y sed

y la empuja a adentrarse en la noche ya nacida,

en los callejones desangelados,

en la rabia de las putas y los locos,

de las viejas sin dientes y los niños

de barrigas quejosas.



Ella danza en el vodevil de la noche,

entre profecías que nadie escucha

y alcantarillas que vomitan mendigos

con sus bocas siniestras.

Adivina las virtudes ahogadas

en el exiguo naufragio del alcohol,

la sórdida aventura en el hotel barato,

los rostros de los íncubos y súcubos

que hacen sus apuestas.


 

Hambre y sed.
 
Hambre y sed.
 
Hambre y sed.
 

     
Y en una esquina cualquiera del espanto,

la presa.



La mujer descubre sus colmillos.

Cierra los ojos.

Muerde.




Arte:  Toon Hertz  



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