viernes, 30 de abril de 2010

COLAPSO


COLAPSO
 
 
 
Dicen que antes de ser
 
lo que soy ahora
 
yo era una rubia sexy.
 
Tenía largas piernas,
 
y ojos impecablemente maquillados,
 
y me depilaba los amores
 
con una pinza de desdén
 
cuando empezaban a crecer demasiado.
 
 
 
Dicen que antes de ser
 
lo que soy ahora
 
yo era una maestra.

Tenía un guardapolvo a cuadros,
 
y un franelógrafo,
 
y me la pasaba sacándole lustre
 
al caparazón de Manuelita
 
(esa estúpida tortuga que se fue a París
 
a embellecerse,
 
cuando Buenos Aires es el paraíso
 
de las cirugías estéticas, 
 
y encima fue a embellecerse
 
para un macho).



 Dicen que antes de ser
 
lo que soy ahora
 
yo era una gordita feliz.
 
Tenía un bebé al que sacaba de paseo
 
cada tarde a las tres,
 
y una ventana con cortinitas

de encaje,

y comía bombones

sin que se me ocurriera nunca

correr al baño para vomitarlos.



No sé.

Yo no me acuerdo de nada.


 
Lo único que recuerdo

es el poema que colgaba como un trapo

de la comisura ajada de mi boca;

ése que los vampiros vestidos de blanco

me arrancaron de un manotazo.
  



Arte:  Lesja Chernish


jueves, 29 de abril de 2010

UN LUGAR AZUL PARA QUEDARSE


UN LUGAR AZUL PARA QUEDARSE 

“un viento débil  lleno de rostros doblados  que recorto en forma de objetos que amar”  Alejandra Pizarnik    



Yo tengo voluntad de río.

Él es un lago.  

Tobillos fríos enredados en mis sábanas.  

Y esa mano en mi espalda.  

“Estás,  

aunque sigas dormida.  

Estás,  

recogiendo las migajas del sueño.   

Pisadas leves como huesos de pájaro.  

No me voy, no te vayas.”   



Hace veinte años que espero


que me pida perdón.

Por lo que hizo,  

por lo que no hizo.

Jamás leyó uno de mis poemas.  

Lo aburren los cuentos que yo cuento.

Pero se introduce

entre mi piel y la piel de otra.

La otra que soy yo cuando me alejo.

Ser doble no es mortal.

A veces.    



La sangre es un bonito maquillaje para cualquier herida.

Un cosmético que venden las mujeres

de puerta en puerta.

Las lágrimas son, apenas,

un triste aperitivo.

Se sangra más de lo que se llora.

Pero hay tobillos

y una mano en mi espalda.

Los árboles del bosque levantan su cabeza  

después de la tormenta.

No hablo de inmortalidad:

hablo de un lago.

Un lugar azul para quedarse.  



Todos los anillos están rotos.

Pero este agujero donde deshilvano

las fisuras del aire,

este agujero que se salió de cauce,

este agujero es su casa.




Arte: "Little Windflower", Wendy Ryan


Del poemario "Todos los hombres que me amaron", Ediciones Literarte, 2012


martes, 27 de abril de 2010

CAPITULACIÓN


CAPITULACIÓN
  


I 

Uno de tus destinos 

se enmarañó en mi sombra. 

 No fue un destino posible: 

siempre fuiste tan tuyo 

que nunca fuiste mío. 



II 

La dictadura de lo que no nombro 

desmenuza 

este verso que crispa. 

Más sola 

cuando estábamos juntos. 

Menos sola 

cuando despunta, 

en mi verticalidad de hembra, 

el vicio de extrañarte. 



III 

Desactivar la presencia, 

no indagarte 

detrás de la camisa del verano, 

en los lienzos doblados por el llanto, 

en el espejo 

que muta en espejismo 

(tu piel arrinconando mis rincones, 

la sed 

que echa raíces en la boca). 



IV 

Romper mi  marca de fracasos. 

Cómo dolemos los dos 

en la memoria. 

La pasión fue tan corta 

que aún perdura.



V 

Un agujero de viento 

 despromete promesas 

(la sangre). 

¿Hubo un jardín?

 El sol salpica mis costados 

y no me salva.



VI 

Soltar las manos mutuas. 

La suma del tiempo 

ejecuta  

jornadas lentas. 

Ligar tu nombre 

al duelo.

Comprender 

el espeso desgano 

de los muros.



VII 

La negra anatomía del despojo. 

Teorema de mi lengua amatoria 

tu cuerpo 

canibaliza  recuerdos.

No hay flores 

que salven lo muerto  

del rutina de lo corruptible. 

Lápidas mudas 

murmurando 

la piel distanciada.  



VIII 

Uno de mis destinos 

se enredó en tu silencio, 

 fue un destino posible: 

la palabra omitida  

daña el grito  

de la loba entregada 

a la sonrisa curva del sicario.
  


IX 

Capitular. 

Acatar la sanción a la inocencia. 

El amor fue un lujo transitorio. 

Como la vida.



X 

La meta era el olvido: 

yo llegué primero. 

Anticipé la muerte en cada beso 

y cerré 

los ojos de la carne. 

Para no cantar lo cantado. 

Para seguir cantando

esta esperanza rota.



Arte: "The Parting", Lori Earley



lunes, 26 de abril de 2010

LA SANGRE VINO


LA SANGRE VINO 

A nuestros muertos 


La sangre vino.

Nadie la esperaba. 

La esperábamos todos. 

Un sábado por la tarde. 

O un lunes por la mañana. 


La sangre vino. 

La visible tiniebla 

de la sangre 

enturbió 

los papeles muertos, 

el pretérito barro de las calles, 

la triste anatomía de los cuartos 

alumbrados con velas. 


Desfondada, 

estallada, 

remordida, 

vino la sangre. 

Sin epifanías, 

sin anunciaciones, 

zumbada y tumbada, 

vino la sangre. 


Y se sentó a tu mesa, 

a la mía. 

Brindó  con la  vigilia impuesta 

del ojo que extravía el sueño, 

del ojo que resbala 

por un cuerpo sin boca 

donde revienta el grito. 

Para adentro. 


La sangre vino. 

Los que viven 

entre cuatro paredes de agua, 

entre cuatro paredes de viento, 

entre cuatro paredes de no veo, 

no escucho, 

no digo, 

abrieron las puertas de los otros 

-de nosotros- 

para que la sangre venga.


La sangre vino 

y no hay nadie 

para decirle que se vaya.




Arte: "Dark Pop Surrealism Blood", Barbara Agreste


martes, 20 de abril de 2010

AHU VAIHU, MOAI DERRIBADO

AHU VAIHU, MOAI  DERRIBADO  

Las guerras intestinas
marcaron la caída
del ídolo de piedra.
Hubo espantos y gritos
y cánticos hostiles
que empujaron al varón hacia la lucha.
Una tribu se alzó contra otra tribu
buscando sojuzgarla,
quebrantando su vínculo sagrado con la magia.
Una casta se alzó contra otra casta
buscando la tragedia:
derribar al moai,
convertir en ruinas su mirada,
pulverizar con saña
los ojos bienhechores
que engendraban la fuerza,
quebrar la mítica alianza que ligaba
materia con espíritu,
mudar para siempre al rostro vivo
en una roca ciega.  

Cuando la noche cayó
sobre la isla
la luna se sentó entre los escombros
 a llorar la suerte nefasta
del ancestro arrasado.   


Arte: "Moai derribado"José Ignacio Roncal

Del poemario "Ojos que miran al cielo", Ediciones Amaru, 2007 

domingo, 18 de abril de 2010

DUELO


DUELO

 

Me han quitado tu cuerpo.

Una cuenca ominosa decretada

en la tierra enemiga

reclamó tus favores.



Me han quitado tu cuerpo,

el oratorio donde el beso fue plegaria,

y fue pan para el hambre lo profuso

de tus contornos y tus oquedades.

Tu cuerpo,

longitudes y altitudes de piel viva,

continente de sangre emancipada,

contenedor del elemento sacro

que natura predestinó a su causa:

significar al amor y al estallido,

perpetuar las humanas veleidades.



Me han quitado tu cuerpo

y estoy sola.



Hoy estreno tu ausencia

como un trapo de luto

que me quema los huesos.



Arte: "Glass Soul", Natalie Shau

1º Premio Poesía Certamen Literario “Después de…”, Centro Cultural Cristina De Fercey, Mar del Plata, Bs. As. (2007)

 

domingo, 11 de abril de 2010

CONSUMACIÓN


CONSUMACIÓN

"...sus pies desnudos parecen decir, hasta aquí hemos llegado, se acabó."
Sylvia Plath, "Límite"



La memoria corrompida

y la epidermis muerta:

esto es lo que soy,

en el pretil de lo improbable,

el pie interrumpido

en el quicio de la puerta póstuma.

Esto es lo que soy,

Eva sin redención posible

durmiendo con serpientes

(hay serpientes penetrando

en todos los orificios

de mi cuerpo

prematuramente blanco).

Esto fue la vida,

un jardín vedado,

el paraíso ajeno

donde proscribieron las palabras

que me arranqué de la boca.


 
Esto fue el amor:

una manzana delicada

que se pudrió entre mis piernas.





Del poemario "Cierta condición nocturna", GPU Ediciones, 2013

1º Premio Poesía VIII Concurso Nacional en Poema y Narrativa de la Municipalidad de Azul -  Azul, Bs. As. (2008)


domingo, 4 de abril de 2010

ESTACIONES


ESTACIONES


En verano,

la niña,

golpeaba la osamenta del mar

con una caracola efímera

para acallar el ruido de las olas.

En otoño,

devoraba viento

y hojas secas.

En invierno,

dormía un sueño callado

en un colchón de poemas en hilachas

y cartas amarillas.

En primavera,

esperaba.



Arte: “Pensamiento pájaro”, Esther Rodrígez Cabrales
 
Del poemario "Revelaciones", Ediciones Raíz Alternativa, 2007