domingo, 29 de noviembre de 2015

NOELIA - 16 días de activismo contra la violencia de género


NOELIA

“Tus ojos no interrogan las vanas ecuaciones de cosas y de rostros.
(…)
Tu cuerpo es una rígida armadura sin nadie,
sin más peso que la luz que lo borra y lo amortaja en lágrimas.”
Olga Orozco


Boca arriba

la noche

rebuzna  su dolor perenne.

Se mueve  entre los matorrales

como un ciempiés de humo.

Boca a tientas

ella

se agota  en el golpe imprevisible

como un río asustado.



El  terror vomita en su garganta

el  peso insoportable de la tierra.

Quince años de giños se consumen

en un jadeo áspero de polvo.

Quince años de fiebre y de relámpagos,

de íntimas guitarras,

de memoria afelpada con retazos de musgo.

Quince años de arrecifes rojos

anunciando

la visitación gozosa de la sangre.)



Boca arriba

la noche

silencia su campanil de estrellas.

Levita  en duermevelas de basura

como un rito sin Dios.

Boca a solas

ella

se muere  en los bordes  del verano,

cada vez más lejana.






Noelia Akrap fue vista con vida por última vez en los primeros minutos del domingo 16 de noviembre de 2014, cuando salió de su casa Berazategui para comprar cigarrillos. Su cuerpo fue encontrado ese mismo día  en la tarde,  por un grupo de chicos que jugaba a la pelota en un terreno descampado. Lucas Adrián Luque, de 25 años, novio de una amiga de la adolescente, fue detenido por el crimen. Noelia tenía 15 años.



viernes, 27 de noviembre de 2015

ALICIA - 16 días de activismo contra la violencia de género



ALICIA


Veintitrés.
Apenas veintitrés años tenía cuando lo conocí. Nos cruzamos en los pasillos de un vuelo Buenos Aires – París. Él era uno de los deportistas más famosos de la Argentina. Boxeador, dos veces campeón del mundo, aunque para ese entonces hacía un año casi que había colgado los guantes.  Yo, una chica bonita probando suerte en el mundo del espectáculo. Charlamos de cosas triviales y nos despedimos con la promesa de volver a vernos.  Y nos vimos. Fue la casualidad la que se encargó de reunirnos, unos meses después, en un carrito de la Costanera.  A partir de ese encuentro orquestado por el destino, no nos separamos más. “La bella y la bestia”, decían algunos. Él, tan tosco, a pesar del dinero, los viajes, las amistades en el mundo del jet-set. Yo, tan delicada. Un ángel, casi.

Nuestra primera noche juntos fue mágica. Carlos hizo preparar, especialmente, una habitación en un hotel y la llenó de rosas rojas. Sobre la mesa de luz había una tarjeta que decía “Alicia, te amo”. Por supuesto, no faltó el champagne. Tomamos toda la noche. Estábamos muy nerviosos los dos. Teníamos miedo de decepcionar al otro. Teníamos miedo de no ser lo que el otro soñaba.Nos casamos en Miami, en 1981, después de un noviazgo corto que fue tapa de todas las revistas de la época: “Gente”, “Siete días”, “Radiolandia”. Nuestro hijo, Maximiliano, nació ese mismo año, a fines de diciembre. Yo lo tenía todo para ser feliz. Él, no.
Carlos pretendía una mujer que no preguntara demasiado, que no hablara, que no tuviera “peros”. Una chica linda que aceptara ser parte de sus cosas, como su auto o sus muebles, nada más. Era egoísta y posesivo. No sabía lo que quería y no se fijaba metas, pero se burlaba de las mías. Se creía el centro del mundo y se olvidaba de todo lo demás. No admitía que un campeón también podía equivocarse. Y tomaba, tomaba demasiado. Con el alcohol, venían los golpes, claro. A veces, después de una discusión superflua.  Otras, sin siquiera haber discutido. “Te pego porque sos una boluda, me decía.” Y yo sabía que sí, que era una boluda. Porque lo quería. Un día me dijo: “Si no te gusta agarrá al nene y andate.” Y me fui. Me fui nada más con la ropa puesta y algunas cosas que me dio mi madre. Solamente me llevé el televisor de la pieza de Maxi. Pero el tormento siguió. El venía a ver a su hijo borracho y comenzaba con los insultos y las agresiones. Me pedía que volviéramos a estar juntos y como yo me negaba, empezó a amenazarme y a decirme que si me veía con otro me iba a matar. “Donde vive tu hijo (mi hijo) yo también mando. Acá mando yo.”, repetía. “Acá mando yo.”

Para el verano de 1988, Carlos se había tranquilizado. Estaba como nunca: atento, mimoso, tierno. Cuando me mandó los pasajes para ir a Mar del Plata a reunirme con mi hijo y con él,  me juró que era verdad, que  había cambiado. Yo quería creer. Necesitaba creer. El  13 de febrero, cuando llegué al aeropuerto de Mardel,  él me estaba esperando con su mejor sonrisa. Nos besamos.
Esa noche festejamos hasta tarde. Eran las cuatro y media de la mañana del sábado 14 de febrero cuando dejamos el Club Peñarol rumbo a la casa donde nuestro hijo dormía ajeno a los preámbulos de la tragedia que cambiaría su vida para siempre. Juntos. Felices.  Yo ya estaba desnuda cuando comenzó la última discusión que tendría con Carlos. Primero hubo insultos. Los golpes no tardaron en llegar. Él me apretó el cuello ferozmente, el cuello tan delicado. El de un ángel, casi. Supongo que, cuando me desvanecí, creyó que estaba muerta. Me  cargó sobre su hombro como si fuera una bolsa de papas, salió al balcón y me arrojó al vacío. Mi cara se estrelló contra el piso de ladrillos. Él se tiró atrás mío. Su brazo izquierdo amortiguó el golpe. Dijo que yo me había tirado por el balcón. Que él se había caído al intentar detenerme.

Treinta y dos.
Apenas treinta y dos años tenía cuando él me mató.




jueves, 26 de noviembre de 2015

DÍA DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER - DIARIO NOTICIAS PEHUAJÓ

Día de la eliminación de la violencia contra la mujer

En el Salón Blanco de la municipalidad, la poeta Raquel Graciela Fernández presentó su libro "Interrumpidas" en una actividad organizada por la Municipalidad a través de la Dirección de Juventud con motivo de conmemorarse esta fecha de concientización sobre la violencia de género. La presentación se realizó el pasado miércoles a las 10:00 y la autora abordó las distintas caras de la Violencia Contra mujeres y niñas: femicidio, violencia sexual, trata y violencia intrafamiliar entre otras formas. A través de sus poemas, Raquel Fernández rescata la memoria de mujeres víctimas del femicidio, tales como Lucila Yaconis, Wanda Taddei, Natalia Melmann y Ángeles Rawson, entre otras.
 SE PLANTÓ UN ÁRBOL EN EL PASEO DE LAS LETRAS
En forma previa a la presentación, se plantó un árbol en el Paseo de las Letras en adhesión al Programa Literario Ecológico “Y volverán a ser árboles”, lugar en el que se hicieron presentes los fundadores de la entidad literaria, Amalia Isabel Daibes y Esteban Fauret e integrantes de la Junta Promotora, acompañados por la autora, la directora de Juventud, Daniela Viera, la representante de Iflac en Pehuajó, Marita Ragozza y vecinos. Fue una emotiva actividad que culminó con el plantado de una especie de paraíso sombrilla que aportó el área de Medio Ambiente
ACTIVIDAD EN LA PLAZA DARDO ROCHA
A partir de las 16:00, diversas instituciones se congregaron  en la Plaza Dardo Rocha para aportar sus adhesiones realizando diversas actividades. Para ello, se ubicaron diferentes stands que pudieron ser visitados por los vecinos y ser portadores de las propuestas que entidades comunitarias, artísticas, salud, etc desarrollaron como una forma de colaborar en la concientización sobre este flagelo que padece la humanidad en varias formas.

martes, 24 de noviembre de 2015

"INTERRUMPIDAS" EN PEHUAJÓ


DÍA DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER - SE PRESENTA EL LIBRO "INTERRUMPIDAS", RUMORES DE PEHUAJÓ

Día de la Eliminación de la violencia contra la mujer
Se presenta el libro “Interrumpidas”




En el Salón Blanco de la municipalidad, la poeta Raquel Graciela Fernández presentará su libro "INTERRUMPIDAS" en una actividad organizada por la Municipalidad a través de la Dirección de Juventud con motivo de conmemorarse esta fecha de concientización sobre la violencia de género. La presentación se realizará este miércoles a las 10 horas y la entrada será libre y gratuita. El poemario aborda las distintas caras de la Violencia Contra Mujeres y Niñas: femicidio, violencia sexual, trata y violencia intrafamiliar entre otras formas. A través de sus poemas, rescata la memoria de mujeres víctimas del femicidio, tales como Lucila Yaconis, Wanda Taddei, Natalia Melmann y Ángeles Rawson, entre otras.
SE PLANTARÁ UN ÁRBOL
EN EL PASEO DE LAS LETRAS
En forma previa a la presentación en el Salón Blanco, se plantará un árbol en el Paseo de las Letras en adhesión al Programa Literario Ecológico “Y volverán a ser árboles”, lugar al que han de concurrir la autora del libro, integrantes del Programa y autoridades. Se invita también a los vecinos a participar y sumarse a las 9 horas en el lugar López y Planes y Pío XI.
LA AUTORA
Raquel Graciela Fernández reside en Avellaneda y autora de numerosos trabajos premiados en nuestro país y el exterior. Al respecto de su obra “Interrumpidas”, la autora define la misma como que “creo que he logrado darle voz a aquellas cuyas voces fueron arrebatadas de manera brutal. Fue, en un punto, un trabajo casi de médium. Me propuse que cada poema del libro tuviera la identidad de cada niña o mujer homenajeada y para eso fue necesario indagar en sus historias, en las circunstancias de sus vidas y de sus muertes y, sobre todo, escucharlas. He logrado con el libro lo que quería: en primera instancia, recordarlas, y, en segunda, despertar conciencia. Me ilusiona pensar que cada persona que se acerca al libro se convierte en un agente multiplicador del mensaje que me propuse dar y que no puede ser obviado. LAS CHICAS QUE FALTAN, NOS FALTAN A TODOS. Este no es el problema de un grupo de familias, es un problema que nos atraviesa como sociedad, una llaga colectiva. Desde un punto de vista algo más frívolo podría decirte que con “Interrumpidas” conseguí que leyera poesía gente que no lo hacía habitualmente”.
Prensa Pehuajó  





lunes, 23 de noviembre de 2015

SALLY’S SONG


SALLY’S SONG


Si yo tuviera diecisiete años
te diría
que hay algo en el viento.
Si tuviera diecisiete años o si fuera
un personaje de Tim Burton,
una muñeca hecha de remiendos
(yo también estoy remendada
pero a mí me duelen las costuras,
y esa manía tuya de tajearme el alma,
y esta manía mía de desnudarme hasta el llanto).


Si yo tuviera diecisiete años,
si  fuera una muñeca que nunca abrió las piernas,
que nunca tuvo como ruta el hambre,
que nunca salió a la calle con un vestido nuevo
para que un hombre cualquiera
(vos, vos, vos)
la convirtiera en reina, puta, poema,
te diría
que hay algo en el viento.
Te cantaría, amor, te cantaría.


Te cantaría
y no me dolerías tanto.


Arte: "Sally's Song", tadikarawo


1º Poesía “Concurso de Poesía y Narrativa para Adultos”, SADE Seccional Surbonaerense,  Bs. As. (2015)

Poema publicado en el blog "Mis poetas contemporáneos 2"

Poema publicado en el e-book Raquel Fernández - Selección de Poemas , Biblioteca de las Grandes Naciones

domingo, 22 de noviembre de 2015

RESEÑA DE "INTERRUMPIDAS" POR CLAUDIO SIMIZ PARA REVISTA CONURBANA.cult Nº 4

"INTERRUMPIDAS"
por Raquel Graciela Fernández, Ed. Acercándonos, Buenos Aires, 2015, 80 p., Poesía

¿Dónde se sienta uno a leer un libro como éste, qué camino elegirán los propios pasos después de recorrer los senderos lúcidamente desgarradores que propone Raquel a partir de la muerte brutal de estas 31 mujeres argentinas... contemporáneas casi todas?
¿Desde dónde se cuenta esta herida que se agiganta porque no deja de ser un muestrario de un horror más amplio, el emergente de la barbarie más ominosa: la soterrada, la ensordecida, la negada? Allí emerge la poeta: arrebatada, indignada, en trance, y a la vez delicada, cristalina, íntima, tensando la cuerda que llevará su saeta más lejos: la de la belleza. Un nombre, una cita poética, un poema y una síntesis de la historia trágica enhebran las cuentas de este collar sombrío y alucinante.
Interrumpidas es un fruto maduro (y no por ello "cerrado") de una de las poetas más premiadas de nuestro medio, que sin embargo no ha tenido aún la difusión que merece, en medio de la creciente corriente de indignada denuncia y reclamo por los derechos de la mujer (la vida, nada menos), la poesía tiene mucho que vibrar y brillar, y este poemario, sin dudas, lo hace e invita a abrir nuevas páginas de los libros y de la vida.






sábado, 21 de noviembre de 2015

"INTERRUMPIDAS", NUEVO POEMARIO DE RAQUEL GRACIELA FERNÁNDEZ POR SOLEDAD SÁNCHEZ MULAS

"Interrumpidas", nuevo poemario de Raquel Graciela Fernández



Raquel Graciela Fernández



Comencé a querer a Raquel hace ya muchos años, a través de su blog "Pan con cicatrices". Me asomé a sus preciosas páginas con respeto, porque su voz, que me traía las lágrimas de la Pizarnik, o los ojos semicerrados de la Plath, y una canción susurrada, a veces potente, a veces sumergida en la impotencia o el dolor, me llegaba muy hondo.

La sinceridad de sus poemas, pero también la suya, radiante, alejada de los ruidos mediáticos, fija siempre en la profundidad de la palabra, me cautivó.

A pesar de no conocerla personalmente (nos separa el Atlántico, pues vive en Avellaneda (Buenos Aires), Argentina, tan lejana pero tan próxima gracias a la belleza de su acento intuido), es mi amiga en el amor a la poesía, y en la humildad del poeta ante su envergadura.

Su voz se hizo poema (otra vez, siempre) en Interrumpidas para prestársela a aquellas mujeres, jóvenes y niñas, que fueron cortadas de raíz. Que se marcharon de la Tierra dejando un latido en la prensa, y un corazón desbocado en sus hogares. Valiente, como es ella, cerró cada poema con una coda acerada  en la que los nombres, fechas y datos golpean al lector y le recuerdan que, tras cada verso de bellísima factura, hay hombres de carne y hueso. De carne dura y afilado hueso.

Interrumpidas denuncia, detrás de la belleza o sobre ella, y regala a estas preciosas criaturas (y a sus desoladasfamilias) la pervivencia. Porque Raquel las ha traído hasta nosotros, y ha rescatado su equipaje de vida de esa estación oscura que es la muerte.

Ahora, Raquel recorre las ciudades con su libro den las manos (porque es suyo, porque también ha puesto en el proyecto las monedas del César) para darlo a conocer: al trabajo poético suma la intendencia, ordenada, meticulosa y eficiente, regalando también su tiempo. Dando su abrazo a las familias, contando, de viva voz, cómo nació este pequeño milagro.

¿Cómo no vamos a querer a Raquel?

Muchos grandes poetas han sembrado en la página de su blog su visión de Interrumpidas. Yo también deposité mi pequeña contribución: un gesto desde el corazón, alejado de la filología, que Raquel ha querido hacer prólogo. Gracias, de nuevo. Mil gracias por permitirme aportar este pequeño grano de arena a tu maravilloso proyecto.

Interrumpidas me llegó desde Argentina, en una edición cuidada y en un (otro, otro más) gesto de generosidad, acompañado de esa música que tan bien conozco.

¿Cómo no voy a querer a Raquel?

Sé que Interrumpidas es ya un éxito. Sé cuánta alegría vas sembrando en tus presentaciones (a pesar del dolor, a pesar de las preguntas sin respuesta). Sólo puedo desearte que sigas siendo tú, así como eres, galardonada y premiada muchas veces por tu calidad poética, pero, sobre todo, bendecida por tu generosidad y tu belleza interior.



Interrumpidas
Raquel Graciela Fernández

“fría como una llaga supurante
de vidrios rotos”

Raquel nos regala un poemario del que surgen flores rotas, carnívoras y audaces; flores que, después de consumidos los versos —hoy no me detengo en la belleza formal de su poesía—, muerden mis talones.

Cada niña, cada mujer, de Interrumpidas tiene los ojos de mis hijas, las manos de mi madre, el movimiento de brazos de mi hermana, el caminar de mi mejor amiga. Cada niña, cada mujer de Interrumpidas, tiene mi piel.


“Aúlla

como una casa vacía”
Sus voces renacen en la voz de mi querida poeta para no morir nunca. Y esas voces, en nuestros ojos, en nuestro cuerpo que se duele en las ausencias, en las cicatrices, en las sepulturas, germinan con la rabia de sus perpetuos silencios.
No están. Pero Raquel, a veces con la delicada forma de una lágrima, otras con las aristas del escombro, hace vibrar sus sombras, sus ecos, y compone una melodía dulce (y dolorosa) que entreteje historias de princesas y monstruos.  

“Como un reflujo de ángeles que hierven”
Interrumpidas debe ser aldaba. Llamarnos a esos cuartos vacíos donde ahora ya no cabe la risa. Donde el cuerpo cedió el lugar a la ceniza; donde la ceniza cedió el espacio a la nada.
Aldaba que nunca interrumpa su agrio repique, que abra ojos, que estruje leyes, que proteja, que ampare, que cubra, que limpie. 

Que desnude los cuerpos de huesos poderosos para que no golpeen más.

Nunca más.


Basta. Basta.


Basta ya.


“niña de huesos que levitan,

de médula cristalina”

Ana Orantes denunció públicamente, en un programa de televisión, el maltrato sufrido a manos de su esposo durante más de 40 años. Días después, este la roció con gasolina, en el patio de su casa, y le prendió fuego. Falleció calcinada (diciembre de 1997, Cúllar Vega, Granada, España). Su muerte supuso una conmoción nacional que culminó, en 2004, con una ley integral contra el maltrato de género. Su recuerdo da voz española a las mujeres que sufren maltrato de género.

Míriam, Toñi y Desirée fueron secuestradas en Alcácer (Valencia, España), en noviembre de 1992. Sus cadáveres aparecieron en enero de 1993. Las autopsias revelaron que habían sido brutalmente torturadas y violadas. Uno de los autores del crimen, Antonio Anglés, no pudo ser capturado, y a día de hoy se encuentra en paradero desconocido. El otro, Miguel Ricart, fue condenado a 170 años de prisión (aunque solo cumplió 21 y hoy está en libertad). Las niñas de Alcácer tenían 14 y 15 años. Iban a una fiesta de su instituto.

Sean ellas las voces de las niñas y mujeres españolas que han sido torturadas y asesinadas, y de las que aún están desaparecidas.



Soledad Sánchez Mulas, poeta

12 de enero de 2015

Salamanca, España




jueves, 19 de noviembre de 2015

EXTRAÑAS


EXTRAÑAS 

"Morir es un arte, como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación...."
Sylvia Plath  



He muerto tantas veces  

que ya conozco al dedillo el ritual  

de detener mi corazón  

y convertirme en un puñado de cenizas.  



He muerto cada día,  

como todas las cosas. 



Sepulté a la niñita que gemía  

en el umbral de una orfandad culposa  

-papá se fue porque no fuiste buena  

y rompiste tu cuaderno nuevo,  

y dijiste dos o tres mentiras, 

y no le prestaste los juguetes a tu hermano-. 



Sepulté a la adolescente ardida  

que se buscaba sin pausa  

en los ojos de todos los hombres que la habían amado,  

y bailaba vestida de capricho  

en un mundo amueblado con saliva,  

con semen, con sudores.  



Sepulté a la mujer que no sabía  

que los besos son feroces escalpelos  

que descuartizan los soles del verano  

y el amor, una falacia agridulce,  

un bostezo interminable que no alcanza  

para quitarle los zapatos al insomnio.  



Si las miro a las tres,  

las veo ajenas.  

Ajenas a este cuerpo que me habita,  

ajenas a este llanto que me moja.  

No reconozco sus voces ni sus sueños;  

las he sepultado y he olvidado  

sus caras y sus gestos.  

No hay ninguna palabra que ellas puedan decir  

que yo comprenda.  



Son tres extrañas más 

entre la multitud de mercaderes que estuvieron  

de paso por mi vida  

y se llevaron su libra de carne,  

de sal y de vigilia,  

y me dejaron exhausta y hambrienta  

y casi tan desnuda  

como esos arbolitos que no pueden  

hacer frente a la bestia del otoño.





2º Premio Poesía XVI Concurso Internacional de Poesía y Narrativa “Literaria Del Cen”, CEN Ediciones, Córdoba (2015)