domingo, 18 de diciembre de 2016

POR QUÉ DEBERÍAS Y NO DEBERÍAS ENAMORARTE DE MÍ



POR QUÉ DEBERÍAS Y NO DEBERÍAS ENAMORARTE DE MÍ

Deberías enamorarte de mí
porque tengo un lunar en la mejilla izquierda
igualito al de Elizabeth Taylor.
Porque hago el lemon pie más fabuloso del mundo.
Porque los perros me lamen las manos,
y las mariposas se enredan en mi pelo,
y hasta los pájaros dejan que les toque las alas,
algunas veces.
Porque recuerdo cómo es tener ocho años. 


Deberías enamorarte de mí

porque recito de memoria y en francés “Déjeuner du matin”
de Jacques Prévert.
Porque escribo poemas.
Porque después de hacer el amor
mi sexo se queda entre las sábanas,
respirando acompasadamente como un animal dormido
y acariciarlo es acariciar el lomo del verano,
caliente y maravilloso.
Porque puedo dormir de cualquier lado de la cama.
Porque jamás olvido el cumpleaños de nadie.


Deberías enamorarte de mí  porque no creo en Dios,
pero creo, pero no.
Porque cada noche repito con desazón
Padrenuestros de humo.
Porque perdono todas las ofensas
y caigo en la tentación de cuando en cuando.
Porque vi “The Big Fish” cientos de veces
y todavía sigo llorando al final.
Porque me gustan las flores.


Deberías enamorarte de mí
porque llamo corazón a todo el mundo,
incluso a la cajera del supermercado chino
que siempre está malhumorada
y no me contesta el saludo.
Porque casi nunca levanto la voz
y casi nunca me quejo.
Porque confío hasta en los ladrones de banco.
Porque no sé coser ni bordar pero abro todas las puertas
con una inocencia feroz,
como si abriera cartas de amor o regalos de Navidad.


No deberías enamorarte de mí
porque le tengo fobia a los transportes públicos.
Porque gasto fortunas en perfume
y jamás pierdo al scrabble.
Porque no voy a entender “Terminator”
aunque me la expliques una y otra vez.


Y porque, además,
estoy casada.





Del poemario "Pretty in pink" (2016)


Poema publicado en el blog Fragmentos de vida - Poemas de amor, versos húmedos - Julio 2017


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