lunes, 25 de diciembre de 2017

COMO EN UN CUENTO DE HADAS



COMO EN UN CUENTO DE HADAS



Como en un cuento de hadas

un anillito en el dedo bastó

para desvanecerme.

Desaparecí de los estrados,

de los púlpitos,

de los laboratorios,

de las academias de arte.

Desaparecí de los libros de historia.



Como en un cuento de hadas

un anillito en el dedo me embrujó

y me encerró entre cuatro paredes

de pan y manteca.

Oscilé durante siglos

entre el beso y el sueño

como un péndulo de hastío.

Nunca pude decir que no.

Nunca pude abrir la puerta

para ir a jugar con el mundo.



Como en un cuento de hadas,

me dijo

el que me puso el anillito en el dedo.

Vas a vivir como en un cuento de hadas.



Durmiendo para no ver,

probándome zapatos para no gritar

y cocinando  las perdices 

que siempre se comen los otros.







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